Como si se tratase de un profeta casi sólo se alimentaba de miel queso y pan. De noche prefería leer a la luz de una vela, que hacer uso de la electricidad.
Contaba que había conocido el amor eterno en un encuentro casual en un café. En media hora había conocido al amor de su vida. Se trataba de una joven estudiante alemana. Después de algunos meses del encuentro, tomó la decisión de ir en su búsqueda.
Fue a la ciudad donde estudiaba. Consultó en la universidad con los vagos datos que disponía, pero no pudo dar con ella. Sin embargo se quedó en Alemania varios meses aguardando cualquier noticia sobre ella, al final sin resultados.
En los veranos solía ir a trabajar a las cosechas. La mayor parte del dinero ganado lo ingresaba a una cuenta de ahorro.
Luego retornaba a la ciudad. En nuestra casa paso largas temporadas asilado.
Una noche me llamó sobresaltado diciendo que la okupación donde se encontraba “hospedado” sería asaltada por skinheads y que temía le rompieran la cabeza, tal cual, temía exactamente que le rompieran la cabeza.
En realidad era un invitado que no molestaba y que además “contribuía” a la casa.
Otra vez se marcho por algún tiempo, pero regresó de emergencia.
Esta vez fue victima de un complot en la “okupación”. Las mujeres del grupo le acusaron de consumir pornografía, metiendo revistas entre sus pertenencias y a la vez “descubriendolas”. Luego fue sometido a juicio por los comisarios de la moral “radical” y el tribunal decreto su expulsión.
domingo, marzo 25, 2007
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