jueves, enero 31, 2008

Apariciones de Malik Yaqub (cuento sin final)

El Monje i (2003)

-¿Conoces a ese negro? Me pregunta Jorge mientras el hombre da vuelta la esquina.
- Si, es Malik Yaqub, el saxofonista. Venía a casa. Tiene físico de jugador de béisbol.

Malik tocaba en el parque para los niños La Pantera Rosa por unas monedas. Un día le vi en el paseo junto al estanque, mientras acompañaba a unos músicos callejeros. Cabeceaba, la mirada perdida, el cuerpo oscilante, su saxo emitía algún sonido innecesario, estaba a punto de derrumbarse.

Al tiempo le volví a ver. Domingo soleado por la mañana.
Caminaba con paso elástico. Una rosa roja en la mano y en la otra el maletín con su instrumento. Iba enfundado en un buzo de aviador.

Esta noche Malik Yaqub en concierto. Leo el cartel en el escaparate del club de Jazz. En ese mismo momento a través del reflejo del cristal veo a Mr. Yaqub en gabardina que ingresa al local a ensayar. Me prometo volver al concierto.

El local está rebosante de público y el concierto ya ha comenzado. Me abro paso entre la gente. Nuestro músico comparte tablas con el crédito local, Jorge Pardo. Trato de llegar muy cerca del escenario para reunirme con unos conocidos. Bésame Mucho se escucha ahora. El tema va en ascenso, ahora en pleno vuelo Yaqub se instala en su propio espacio. Desviste y transforma su pretexto. En el laberinto de la música hace y deshace conjeturas a velocidad de vértigo. Levanta una pirámide en escala egipcia. Al instante El Faraón recorre los subterráneos y se pierde en ellos. Por unos momentos parece ir a la deriva para reencontrar el camino sinuoso y potente a la vez. Reaparece en el escenario para dar paso a su compañero que lo recibe con una media sonrisa algo incrédula, algo cómplice.
El ambiente está encendido. Atentos los que comparten el arrojo y la exploración del artista, entusiasmados quienes disfrutan esto como el panorama de una noche mas… de cualquier modo Malik puede volver del más allá y reunirse con los suyos en el intermedio.

Detrás del escenario hay un par de pequeñas salas que hacen las veces de camerinos. Allí sentados, una chica joven, novia del artista y unos chavales mas jóvenes aún. Entre todos lían canutos, esperando a Malik. El admirado Malik está con ellos, sonrisas y palabras tranquilas. La escena se hace ingrávida y desaparece con el humo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí disfrutando nuevamente de este ultimo programa radial mientras trato de poner mi viaje en orden. Que buen relato y muy en terreno!. Que se sabe de este músico actualmente? Tine algún contrato discográfico? Cuenta en una próxima oportunidad.
Saludos de Bienvenida!
A.

Anónimo dijo...

Malik es Malik, un músico en libertad.
La gente joven es curiosa de su figura...no hay otro como él en una ciudad de 5 millones de habitantes como Madrid.
Buscando en la red me encontré con Sanadan y el me envío el disco.
De su vida actual no hay +información.

El Monje i