Desafinado (incluido en Chega de Saudade) Boomp3.comJoão Gilberto era un tipo raro en el Río de Janeiro de los años '50. La Segunda Guerra había terminado, los brasileros ganaban un Mundial, tenían una Miss Mundo y el proyecto de Brasilia los ponía a la vanguardia de la búsqueda del "hombre nuevo" para el que trabajaba Oscar Niemeyer. Era la esperanza de que la modernidad y la tecnología iban a cambiar el mundo, para mejor.
En esos tiempos tener onda y ser "moderno"era escuchar jazz y pertenecer al Sinatra-Farney club. Gilberto se movía en ese ambiente, fumaba maconha sin parar y formaba parte de los Namorados da Lúa, los cuales lo criticaban porque cantaba muy bajito. Aparentemente algo no funcionaba. La onda estaba, la gente también, pero todavía no se había logrado sintetizar el espíritu de los tiempos. Tocar canciones de Dick Farney en el departamento de Copacabana del padre de sus amigas no iba a cambiar el mundo de Gilberto ni el de nadie.
Entonces João se fue a la casa de su hermana en Minas Gerais. Dejó de fumar, se encerró en el baño (porque según él era la pieza con mejor acústica de la casa) y se pasó meses enteros tocando mil veces el mismo acorde. De mil maneras. Con miles de ritmos. Hasta que un día lo encontró.Salió del baño, le agradeció a su hermana su hospitalidad y se volvió a Río.
Había inventado la "batida de bossa nova".De ese día a las compilaciones soplaquena de música electrónica de hoy hay un paso. Un paso en falso. Nunca más nadie fue más elegante, más íntimo, ni cantó más bajito que João Gilberto.Corcovado es una de las canciones más emotivas de la Bossa Nova. Y a los Namorados da Lúa no los conocen ni en su casa.
*Artículo aparecido en el blog elmundoseguncoco.
2008- 50 años de Bossa Nova