De pronto llegaron las camisas floreadas y los botines con toperoles al costado o sin ellos. Algunos de los compañeros más grandes del colegio hacian ostentación de todo esto.
En el colegio hubo una toma y una marcha demandando el libre uso de la minifalda. Recuerdo que Milena, la chica mas sexy, encabezó la manifestación.
Durante todo el quinto básico fui espectador de lo que ocurría. Hasta que en las largas vacaciones de verano del nuevo año (mi familia se cambiaba de ciudad), me dejé crecer el pelo y en cuanto pude fuí a comprar mis deseados botines tipo beatle (de gamuza).
Con mi nuevo look me fuí a despedir de mis compañeros...
Los zapateros de Valdivia con entusiasmo se subieron al carro de la nueva moda y las pequeñas vitrinas de sus muy modestas zapaterías lucían botines con y sin toperoles.
Algo hizo click en los zapateros para quedar fijados en este estilo. Los zapatos de huaso, propios del atuendo folklorico local, pueden haber sido un antecedente de importancia a la hora de reforzar este gusto... Las zapaterías artesanales de la ciudad no registran desde esos años ninguna innovación de este nivel...
Donovan tiene razón, los 60, fueron una especie de Renacimiento.
